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La Nota

La Nota 21/02/2003

21/02/2003

Hoy me he levantado, y me he comportado como un autómata, he puesto el programa nipón. Y he actuado como actúan ellos, vacíos, he hecho las cosas sin ponerles ganas. No he sonreído, ello no lo hacen, porque le debo regalar una sonrisa, si ellos no tienen sentimientos para apreciarla.

En el coche de Tetsu he sido lacónica con las respuestas, muy educada pero lacónica. Estaba deseando llegar a clase y hablar con Mari. Valeria es medio japonesa y no lo entendería, Sé que yo también lo soy, pero no es lo mismo, yo he vivido toda mi vida en Barcelona con gaijins, alejada lo máximo de cualquier atisbo nipón. Durante toda la mañana nos hemos estando pasando notitas. Ella dice que sea fuerte, que todos pasan por lo mismo, cuando llegan al Japón, pero que después se pasa. Ella puede hablar así, porque en casa no tiene que aguantar a los hipócritas nipones, pero yo sí. Ha intentado animarme, pero yo no quiero animarme, quiero regresar a casa.  Después de biología me he puesto malísima, y he comenzado a potar como la niña del exorcista. Así que me han llevado a la enfermería y han llamado a casa. Fuku ha venido enseguida. Le he dicho que lo lamentaba, pero solo era un empacho, que se fuera a trabajar tranquilo, que se me pasaba en seguida. No me ha hecho ni caso, no porque le importe mi estado de salud, sino porque es médico y debe asegurarse que estoy bien. Pero si yo fuera una total desconocida haría lo mismo por el puto juramento Hipócrita, si, si, si hipócrita y no hipocrático. Efectivamente estoy bien, solo que cuando me enfado o me pongo nerviosa, se me mete la mala hostia o los nervios en el estómago. No digiero bien según que cosas. Fuku me ha llevado a casa, a pesar de que le he dicho, que prefería continuar con mis clases. Durante el camino de vuelta a casa ha intentado entablar una charla, pero no es necesario. Ya se que lo hace no porque yo le interese, sino por educación. Le he contestado lacónicamente y educadamente como haría cualquier putojapo más.

Cuando hemos llegado, estaban los Glutamato en casa, papá también estaba. He comido en la cocina y me ido a la biblioteca a hacer los deberes, no tenía ganas de hablar con ninguno de ellos. En la biblio. Estaba Kyo, Hoshi y Shoyo. Shoyo estaba enfadado conmigo por el asunto del manga. Pues que simule que no lo está, seguro que sabe. Kyo ha intentado que hiciéramos las paces. Pero seguro que él es igual de hipócritas que los demás. Cuando Shoyo ha ido a buscar unas cosas por Internet con Hoshi. Así que nos hemos encontrado solos Kyo y yo. Y sabes si me voy a ir, al menos me quiero llevar un buen recuerdo de Japón. Así que me he enrollado con él, sin importar que en el salón estuvieran sus padres y Daisuke. Al fin, y al cabo el mes que viene me vuelvo para Barcelona. He quedado con Kyo para ir esta noche a Roppongi, quiero bailar y pasármelo bien. No pasará nada mientras nadie me vea y nadie se entere ¿verdad? Yo también sé ser hipócrita.

Después han vuelto Hoshi y Shoyo, seguro que estaban haciendo lo mismo que nosotros en el despacho de Tetsu. Los Glutamato se han ido a las 8, y Fuku también. Le he dicho a Maru que no tenía hambre, pero no me ha hecho caso. Hoy había tortilla y sopa de miso para cenar. Tampoco he hecho caligrafía ni he leído. Papá sigue sin dirigirme la palabra, es un mal japonés no sabe guardar las apariencias. Hoy todos se han ido a costar pronto, mejor dormir que hablar ¿verdad? Vaya que dijéramos algo con sentimientos.

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