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La Nota

La Nota 06/02/2003

06/02/2003

Los viernes son días intensos en la escuela, se intentan cerrar todo los temas, para poder el sábado repasar, aclarar y hacer clases más prácticas. Aunque los japos, no son mucho de hacer prácticas, ellos son de empollar hasta que se les salen los ojos de las órbitas. Pero en el Instituto Americano intentan respetar el modo de hacer americano, e intentan hacer más prácticas las explicaciones. A la hora de comer me he ido para la biblioteca, a mirar el correo, Olga  me ha escrito un email, largísimo. Ha conocido a un chico, y han comenzado a salir. ¡Jo! y yo me lo estoy perdiendo. Luís también me ha enviado un correo, pero no dice nada interesante, solo gansadas, bueno si a Laurita comienza a parecer humana, será cabrón. La clase de cocina de hoy, también iba de modales, pero de modales occidentales, así que ha estado mejor. En caligrafía me han dado una notita, también es buena, comienzo a traer notas buenas a casa. Seguro que me rebajan la condena.

Al llegar a casa me he puesto a hacer los deberes como siempre en el comedor, Eichi también ha traído una notita, pero la suya no era tan buena, así que se ha pasado toda la tarde de pie leyendo en voz alta el puñetero libro. Estaba a punto de tirarle una maceta en la cabeza para que se callase. Después cuando ha llegado papá se han ido al despacho y allí le debe haber cantado los 40, porque se ha ido a la cama sin cenar. Y después de ese tinglado pues se supone que le debía de dar la notita, por supuesto la ha cogido la ha leído y la ha guardado. Y después de cenar, hemos hecho caligrafía (pero es que no ha leído la nota) y he leído el libro una hora. Me voy a volver loca, está noche lo hago desaparecer, por el bien de todos, ese libro es el anticristo.

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