Blogia
La Nota

La Nota 23/03/2003

23/03/2003

Ayer a la noche me la pasé hablando con Kyo por el móbil. La verdad es que tuve que salir al jardín, por miedo que me oyeran y esta mañana me he levantado un poco resfriada. Kyo ha vuelto a tener jaleo con su padre, dice que está hasta las narices de tener que aguantar sus neuras. Me ha dicho que este verano, se pondrá a trabajar fuera del dojo y se buscará un apartamento para vivir solo, que si puedo aguantar hasta el verano en casa de los Utada, ya no necesitaré a Alicia, que podré irme a vivir con él, y así compartiríamos gastos. Me temo que en eso, no he tenido mucha mano izquierda, porque le he dicho que los problemas con su viejo eran una cosa y que nuestra relación otra. Que no había que mezclar churros con meninas. Esto no lo ha entendido mucho, pero le he dejado claro, que soy demasiado joven para irme a vivir con nadie, y a demás, antes regreso a casa que … Creo que la he fastidiado, no debí decirle esas cosa, el pobre está muy desanimado con los problemas en casa y yo voy y le suelto ese comentario. Muy desafortunado por muy parte, lo sé, pero ha comenzado a hacer planes de futuro y a mí me ha entrado el pánico. Kyo me gusta, me gusta mucho, me lo pasó muy bien cuando estamos juntos, pero no deseo irme a vivir con él. Soy muy joven. Hoy durante todo el día he intentado hablar con él, pero no me cogía el teléfono, vale que solo le he llamado dos veces, pero le he escrito un mensaje. Valeria insitía que le mandará más, y que insistiera en llamarle. Pero, sino quiere hablar ahora conmigo, que le llamé más veces no le va a hacer cambiar de opinión. Valeria me ha acusado que yo realmente no estoy enamorada. ¿Quizás tenga razón? Pero Joe y Harry me han apoyado en mi decisión de no agasajar a llamadas a Kyo. Pero ahora, mismo me gustaría hablar con él. Sigo sin querer convertirme en la señora de Utamada, pero eso no significa que no me preocupe por él.

Las clases de la mañana ahora pasan más rápidamente, los profesores no para de recalcar los malos resultado en conjunto de los simulacros de no-exámenes. Así que le he dicho a la señorita Field que se suponía que en el sistema nipón no había exámenes. Y ella se ha reído y me ha dicho que en le sistema nipón no hay notas, pero que no haya notas no significa que haya exámenes, y yo le he dicho pues si no hay notas, ¿de que jodido mal rendimiento estaban hablando los profesores? La clase me ha aplaudido, pero yo solo he conseguido cabrear a la señorita Field. Así que tengo el doble de ejercicios de lógica, que mis compañeros. Esta lengua me puede. A la hora de comer con el grupo de estudio hemos estado repasando los temas más importantes de cada asignatura, hemos hecho un top twenty de posibles preguntas de examen. Y las vamos a contestar con los manuales y los apuntes, y las memorizaremos. Dios, creo que memorizar el listín telefónico de Tokio sería más divertido.

Hoy a llegar a casa había una sorpresa, no era Kyo, pero bueno me ha librado de hacer caligrafía, así que bienvenidas sean las visitas. Papá ha traído a casa a una compatriota, que raro es usar esa palabra, hoy he conocido a Fumiko, es increíble que alguien con ese nombre pueda ser compatriota mía. Pero más increíble es que Fumiko es rubia (de pote, teñida) con ojos verdes. Fumiko es la hija de una compañera de departamento de papá, su madre estudió filología japonesa (o algo así) y está escribiendo un libro de gramática para hispano-hablantes y ha venido aquí a Tokio para acabarlo, y está colaborando con la facultad de papá para escribirlo, bla, bla, bla. O algo así. Fumiko es un año más pequeña que yo, pero no se nota mucho la diferencia, ella estudia en casa con un profesor particular, que morro tiene. Hemos estado hablando de cosas de España, pelis, actores, música, freaks,… Ha estado bien, Fumiko es bastante pija, bueno es pija a rematar, pero para un rato ha estado bien. Además Akito y Eichi me han salvado de un par “o sea” y un par “te lo juro”. Después que Fumiko se fuera, la vida de castigo ha vuelto a su rutina.  Por supuesto ya quedan 8 libros. Parece una canción infantil, “9 putoslibros encima la pared, pero si viene un anónimo y tira un libro, quedan 8 putoslibros encima la pared”. A papá no le ha parecido tan gracioso, claro que no es famoso por su sentido del humor.

1 comentario

Necio Hutopo -

Me ha encantado... A veces, decir lo que pensamos (en el trabajo, la escuela o con la pareja) nos trae problemas... Sin embargo; es la mejor manera de evitar futuros errores